El Ministerio de Hacienda alemán (BMF) ha publicado el borrador de ley sobre el mandato alemán de facturación electrónica, que entrará en vigor el 1 de enero de 2025. Este documento contiene una guía que detalla los cambios normativos introducidos por la Ley de Oportunidades de Crecimiento (Wachstumschansengesetz) e indicaciones prácticas para las empresas en Alemania.
Aspectos fundamentales de la guía
A partir del 1 de enero de 2025, las empresas deberán ser capaces de recibir facturas electrónicas que cumplan con la norma EN 16931. Al principio, bastará con proporcionar una dirección de correo electrónico para cumplir con este requisito, aunque también podrán utilizar otros métodos de distribución para recibir las facturas electrónicas.
La obligación de emitir facturas electrónicas se implementará de manera gradual durante 2027 y 2028, lo que permitirá a las empresas adaptarse progresivamente a los nuevos requisitos.
Las facturas deberán distribuirse electrónicamente, ya sea por e-mail, descarga o interfaz. No será legal almacenar la factura en un hardware y enviarla físicamente para su descarga.
Orientaciones prácticas
La guía incluye indicaciones respecto al almacenamiento adecuado de las facturas electrónicas. También aclara los procedimientos para la deducción del IVA soportado en facturas electrónicas, proporcionando a las empresas la información necesaria para gestionar correctamente sus obligaciones fiscales.
En este sentido, si un cliente se niega a aceptar una factura electrónica o no puede recibirla, el borrador indica que no tiene derecho a una factura alternativa. Las obligaciones del proveedor en materia de IVA se considerarán cumplidas, independientemente de la aceptación del cliente.
El documento definitivo se publicará en el cuarto trimestre de 2024, dando a las empresas tiempo para prepararse y asegurarse de que sus sistemas y procesos cumplen con las nuevas regulaciones.
Este mandato representa un avance significativo hacia la digitalización y modernización de los procesos fiscales en Alemania. Las empresas deben adaptarse a estos cambios para asegurar el cumplimiento normativo y aprovechar las oportunidades que la facturación electrónica ofrece para mejorar la eficiencia y reducir los costos operativos.