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    Estados Unidos quiere estandarizar el uso de la factura electrónica e inicia un proyecto piloto.

    El uso de la factura electrónica en el mundo es imparable. Cada vez más países adoptan la e-factura y también regulan su uso entre empresas. Latinoamérica fue la primera región en apostar por la factura electrónica. Actualmente, los países europeos están avanzando rápidamente en el mismo sentido. Y Estados Unidos, que parecía quedarse rezagado, ha dado un paso adelante para digitalizar el intercambio de facturas entre empresas y/o organismos.

    En este sentido, la Business Payment Coalition (BPS) y la Reserva Federal pondrán en marcha un proyecto piloto para estandarizar el uso de la factura electrónica B2B en Estados Unidos. El objetivo del piloto es diseñar un modelo de factura electrónica y crear una red de intercambio de documentos. Algo similar a lo que ha hecho Europa con PEPPOL para que todas las empresas estadounidenses, sean grandes o pequeñas, puedan usar la e-factura.

    Las compañías que quieran contribuir y participar en este proyecto, pueden aplicar a la convocatoria. El proyecto piloto quiere contar con corporaciones, proveedores de tecnología, ERPs, asociaciones, etc. Con el objetivo de diseñar un modelo que se adapte a las necesidades reales de todos los actores que juegan un papel importante en el intercambio de documentos electrónicos.

    Un poco de contexto

    En 2017, la Association for Financial Professionals (AFP) publicó un catálogo con todos los estándares de factura electrónica que se usaban en Estados Unidos. En él se recogían más de 40 estándares diferentes.

    Lidiar con esta variedad de estándares está al alcance de grandes corporaciones, pero es muy poco realista para pequeñas y medianas empresas. En consecuencia, la adopción de la factura electrónica era solo del 25%. El resto de empresas gestionaba las facturas a través del correo electrónico. Una forma de hacerlo al alcance de todos, pero muy manual y poco optimizada.

    Por eso, Estados Unidos ya trabaja en construir un marco común para que todas las empresas, grandes y pequeñas, puedan beneficiarse de la automatización de este proceso. La BPS y las empresas colaboradoras dedicarán el 2021 y el 2022 a desarrollar el proyecto de factura electrónica en Estados Unidos antes de hacerlo extensible al conjunto del tejido empresarial.

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